Había una vez un hombre muy original, que deseaba atrapar su propia sombra, Da un paso o dos en dirección a ella, pero ella se aleja al mismo tiempo de él, acelera el paso, la sombra hace lo mismo; por fin echa a correr pero cuanto más rápidamente avanza, tanto más veloz también corre la sombra, negándose a entregarse como si fuera un valioso tesoro. ¡Pero Observen! Nuestro excéntrico amigo se vuelve de pronto y se aleja de ella. Y enseguida mira atrás: ahora la sombra corre tras el.
Mis bellas damas a menudo he observado que la fortuna nos trata de forma similar; un hombre trata con todas sus fuerzas de alcanzar a esa evasiva diosa y solo pierde su tiempo y sus esfuerzos, otro en cambio da forma de huir de toda fortuna; pero no, es ella quien se complace en perseguirlo.
1 comentario:
Esta es una de mis fabulas favoritas y esta mas que claro, quien no ha pasado por esta experiencia en el diario de vivir, y mas espeficamente en el cortejo con las chicas, puede resultar hasta humillante ver como todos los esfuerzoz de uno caen al piso, pero estos comienzan nuevamente a levantarse y a tomar su valor simplemente retirandose. lo mejor de todo es que siempre funciona muy bien
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