sábado, 24 de mayo de 2008

ANTE LA LEY



Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.–Tal vez –dice el centinela–, pero no por ahora.La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve,se sonríe y le dice:–Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo
siquiera. El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta. Allí espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le dice: –Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo. Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para sí. Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián. Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz, o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor,que surge inextinguible de la puerta de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo. El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino. –¿Qué quieres saber ahora? –pregunta el guardián–. Eres insaciable. –Todos se esfuerzan por llegar a la Ley –dice el hombre–; ¿cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar? El guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído con voz atronadora: –Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla.

Autor: Franz Kafka


1 comentario:

Ferzvladimir dijo...

Este texto tiene diversas interpretaciones, todo dependiendo del grado de cultura y conocimiento de los interesados.en este caso me centro principalmente en lo que a materia de derecho se refiere. esta historia para mi esta muy clara, kafka fue un genio al escribirla, es metaforica , surrealista divina y encierra una gran verdad.

para mi los guardianes de la ley son aquellos abogados que alargan el proceso para conveniciecia de ellos mismos, engañan a los clientes con falsos cuentos de que es muy posible de que ganen al caso. muchos de ellos ni siquieran hacen que el cliente comparesca a las audiencias, por que ya han vendido su derecho de hacer justicia. la justicia esta sismpre delante de nosotros, pero estos pseudos abogados, estos guardianes impiden que la ley sea adsequible para todos, y por eso vemos que los que mayormente son afectados son las personas de escasos recursos que no tienen conocimiento alguno de ley.

aunque es una historia ficticia surrealista y llena de imaginacion, es un apenante ver como el derecho que le otorga la ley al campesino muere con este, al llegar la hora de su muerte.