SANTO DOMINGO (R.Dominicana).- La “jet set” bancaria dominicana se traslada poco a poco a la cárcel de Najayo con las nuevas sentencias definitivas a banqueros involucrados en quiebras y fraudes.
Antes de finalizar el año dos “estrellas” de ese jet set, los ex banqueros Pedro Castillo y Andrés Aybar Báez, entran a la famosa cárcel situada al suroeste de esta capital.
El primero en entrar en lo que resta de año será Pedro Castillo, a quien la Suprema Corte de Justicia confirmó 10 años de cárcel por defraudar al Banco del Progreso. El sometimiento contra Castillo fue hecho por los directores del banco, siendo el único caso de los cuatro en el que la justicia actúa por iniciativa privada.
De acuerdo a los informes obtenidos por 7dias.com.do, el ex banquero Castillo solicitó al arquitecto Pichi Vega, a quien lo unen vínculos de negocios y de amistad, trasladarse a la cárcel de Najayo y examinar el área asignada por las autoridades del penal para su reclusión.
Ahora Vega trabaja en la rehabilitación del espacio que ocupará su amigo, siguiendo el precedente de los otros banqueros ya alojados en el recinto.
De acuerdo a los informes, los ex banqueros presos en Najayo ocupan celdas separadas y ellas destacan por el confort, las decoraciones costosas y elegantes, aunque en espacio reducido en relación a los que ocupaban en sus viviendas y villas de veraneo.
Desde pisos de madera, cortinas antialérgicas, baños “made in Italia” y accesorios de lujo tipifican las celdas de los ex banqueros. Además, disponen de celulares, internet, aparatos de televisión muy modernos y uno que otro dispone de equipos para teleconferencias con ejecutivos de sus empresas.
La fuente vinculada a la cárcel de Najayo aclaró que “en buen gusto, en costo y accesorios, esas celdas superan con creces la que tuvo Florián Feliz”, el narcotraficante muerto en mayo pasado en un confuso incidente con oficiales de la Policía.
El lujo no se limita al interior de las celdas, sino que marca también la alimentación. Casi todos se alimentan con platos elaborados fuera del recinto. Se dice de uno de esos ex banqueros que en algunos fines de semana se hace llevar comida de un prestigioso restaurante de la capital, de donde también le envían mozos vestidos de blanco y con las manos enguantadas. La comilona es acompañada de champaña y vinos “llevados por amigas y familiares”.
Para romper la rutina, el mismo convicto se viste de traje y corbata y, de cuando en vez, deja escuchar su voz ronca semiapagada, y proclama: “para que sepan que soy oligarca”.
Al parecer, el pantaloncito corto y el t-shir que sirve de uniforme carcelario y que usa todo el día no le trae recuerdos de infancia.
De acuerdo a la fuente, hasta en las celdas los ex banqueros siguen compitiendo entre ellos por quién muestra el mayor confort y la más fina elegancia. Esa misma fuente señaló que Castillo sugirió a Pichi Vega “andar rápido y sin escatimar comodidades”. “La quiero como los otros”, habría ordenado.
FUENTE: http://7dias.com.do/
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