jueves, 26 de noviembre de 2009

CRISIS EN HONDURAS


El 28 de junio del 2009 el presidente hondureño Manuel Zelaya fue destituido por el Congreso, bajo el alegato de incumplimiento de los estatutos estipulados en la constitución de ese país. Por esos días salió a relucir que Zelaya pretendía reelegirse en el cargo, y para ello había montado un referéndum para que la población votara a favor o en contra de su propuesta.

Siendo el caso que la reelección es vista como algo negativo para la democracia de un país, pues a menudo fomenta el atraso y hasta llega a suprimir las relaciones con ciertos países, el Congreso se sintió en la obligación de impedir una posible reelección de Zelaya. El resultado fue un golpe de estado, a raíz del cual asumió el cargo el presidente del Congreso, Roberto Micheletti.

La reacción internacional y regional no se hizo esperar: todos los gobiernos democráticos y legalmente constituidos rechazaron el golpe de estado perpetrado por Micheletti, con Chile, Argentina y otros a la cabeza.

Lo que siguió al 28 de junio de este año es harto conocido: Zelaya buscó apoyo entre los presidentes de la región, con la intención de que las cosas volvieran a la normalidad. Se hizo una reunión de emergencia en Nicaragua, la Organización de Estados Americanos (OEA) condenó la movida de Micheletti y hasta hubo negociaciones por parte de los presidentes de Costa Rica y Brasil. A pesar de todo esto, Honduras, donde los derechos básicos prácticamente han desaparecido, sigue sumido en la incertidumbre, y Zelaya sigue fuera del poder.

El rechazo a Micheletti se mantiene, pero no hay visos de que haya un cambio y que Zelaya sea restituido en el cargo. En todo este proceso, la OEA ha quedado muy mal parada, y se insiste en que el caso Honduras es tan solo un reflejo de algo que siempre se ha sospechado: la OEA, ONU y demás organismos similares sirven exclusivamente a los intereses de Estados Unidos, país que nunca ha definido su posición de manera concreta en este asunto.

Para algunos, el congreso hondureño intercedió para el bien de la población, impidiendo que esta sea arrastrada hacia el atraso y la opresión que ejercen los gobiernos dictatoriales sobre su propio pueblo. Sin embargo, Micheletti, al no ceder, está causando un gran problema a Honduras, pues muchos países han cortado relaciones por tratase de un gobierno inconstitucional. Asimismo, ha reprimido con violencia a los simpatizantes de Zelaya, muchos de ellos encarcelados en los actuales momentos.

Hay el temor de que los golpes de estado vuelvan a estar de moda en América Latina, y hay indicios de que Paraguay y Bolivia serán los próximos casos. Para el próximo 29 de Noviembre del año en curso están pautadas las elecciones presidenciales en Honduras, donde Zelaya NO es un candidato. Significa entonces que este quedará formalmente destituido y se dará inicio a una nueva gestión gubernamental.


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