De las tres figuras proceras del siglo pasado, fundadores de la republica, Matías ramón mella representa la expresión militante y decidida y el más adaptado a las actividades políticas de una sociedad pre capitalista. Matías Ramón mella nació el 25 de febrero de 1816 en la ciudad de santo domingo, hijo de Antonio mella y Álvarez y francisca Castillo Álvarez. En santo domingo creció y vivió, adquiriendo para su adolescencia y primera juventud fama de hombre de valor, porque se enfrentaba, en repetidas ocasiones, a grupos de ciudadanos haitianos que irrumpían, en actos de provocación, en las pequeñas fiestas familiares propias de la época. Se le reputaba como muy diestro en el uso de la espada y el sable.
Como otras figuras de la historia dominicana, poco sabemos de la vida de mella en sus primeros tiempos. En 1835, a los diecinueve años, es nombrado “preposé”, o encargado de la común de san Cristóbal. Al parecer allí se dedico también al negocio del corte de madera, actividad de la que se ocupada Antonio Duvergé lo que supone que se conocieron desde entonces. Contrajo matrimonio a los 20 años con la joven maría Josefa Brea, y dos años después, en 1838, ingreso entre los primeros a la sociedad secreta “Trinitaria”. Mella se convirtió junto a Sánchez en un temerario y militante activista de la causa republicana.
Todavía en 1842 residía o visitaba con frecuencia san Cristóbal ligado al negocio del corte de madera. En enero de 1843 fue comisionado por duarte para trasladarse a la villa haitiana de los cayos de san Luis, al sur de la isla, para hacer contactos revolucionarios reformistas adversarios del presidente boyer. Antes que mella, Juan Nepomuceno Ravelo, otro trinitario, había estado en contacto con los conspiradores haitianos, pero sus gestiones fueron frustratorias. La táctica correcta de duarte de aliarse con los enemigos de Boyer, encontró en mella un agente capaz de sumar a los militares y civiles que encabezados por Charles Herard, querían el derrocamiento del presidente de la republica que tenía más de veinticinco años gobernando, y cuyo mandato se había convertido en una represiva dictadura, situación que facilitaba los planes de duarte frente al régimen.
A su regreso de los cayos, luego del derrocamiento de boyer, mella se traslado al cibao central como agente propagador del ideal republicano. Cuando charles herrad como presidente de la república, visito la parte oriental, a su paso por esa región ordeno la prisión de mella, Rafael Servando Rodríguez y el sacerdote Juan Puigbert, acusándolos de querer destruir el ejército y los remitió a puerto príncipe donde permanecieron dos meses detenidos, regresando en septiembre a la parte oriental. Los sucesos se precipitaron y, en ausencia de Duarte, junto a Sánchez, activaron los preparativos revolucionarios. En enero de 1844 ayudo a Sánchez, jefe del movimiento, a redactar el acta de independencia y, a sugerencia suya, se le llevo a Tomas Bobadilla para su revisión. Muchos anos después, este último, reclamaría la paternidad del histórico documento.
En la noche del 27 de febrero es de los primeros conjurados en llegar a la puerta de la misericordia. Exhorta a unos pocos temerosos abandonar el lugar y, audaz e impulsivo, dispara al aire para comprometerlos a todos. Proclama la republica, forma parte de su primera junta central gubernativa, presidida primero por Sánchez y luego por Tomas Bobadilla, convertido en figura determinante de la misma. Para los primeros días de marzo parte para el cibao como gobernador del distrito de Santiago y delegado por la junta central gubernativa, pero en realidad es el jefe político y militar de la región más importante del país. Ostenta el rango de coronel de naciente ejército nacional, que será el ejército libertador. Hace venir a José María Imbert de moca, y lo nombra su segundo en el mando militar.
A mediados de marzo llega al territorio dominicano el señor Teodoro S. Heneken, procedente de cabo haitiano, y advierte a las autoridades las intenciones de invasión por parte de Haití. Solamente mella es receptivo a los informes del viajero. Deja instrucciones a Imbert de lo que debe hacer y recorre la región reclutando hombres y tomando posiciones que revelan su gran capacidad militar organizativa. Cuando comienza la batalla de Santiago, mella no se encuentra en el lugar de combate, aunque parte importante de los meritos son suyos porque dispuso las primeras instrucciones y escogió a Imbert como lugar teniente. Más adelante, el 10 de mayo produce un documento excepcional en el que están contenidas las reglas elementales de la guerra de guerrillas, en las cuales prima la prudencia, astucia y paciencia que son factores determinantes en una lucha desigual, en territorio propio, como era la que se iniciaba en esos momentos frente a un enemigo numéricamente más poderoso y con armas más efectivas que las de los dominicanos.
Dios, patria y libertad. Republica Dominicana. Mayo 10 de 1844, ano, primero de la patria. M. R. Mella. General comandante en jefe del ejército de las fronteras del norte, Miembro y Delegado de la junta central gubernativa de la Republica Dominicana. Al comandante de la común de Dajabón, actualmente Santiago, Teniente coronel Jacinto de Lora. Compatriota. Inmediatamente reciba usted la presente, se pondrá V. en marcha para Dajabon y se hará cargo allí de la comandancia de esa común, observando las instrucciones siguientes, que forma el código de vuestros deberes: He dispuesto que la ocupación de aquel pueblo no se efectué sino para una débil sino por una débil guarnición que se mantenga en observación de las operaciones de haitianos del norte, pues temo que la suspensión de la guerra de parte de ellos, sea una trampa que nos quieren armar. Por consiguiente: Ud. Se presentara en su tránsito por entre los ríos, y pedirá al coronel Bartolo Mejía Veinte dragones y treinta hombres a pie de la gente de los hatos, con estos cincuenta hombres marchara Ud., entrara en dajabon (si no hay resistencia) fijara la bandera dominicana, sin hacer salva: (negritas egf) atraerá Ud. Todos los españoles habitantes de esa común a nuestra causa por discursos patrióticos, advirtiéndoles que cualquiera que haya sido su opinión, su partido, la republica dominicana los perdona y les hará entrar en el goce de los mismos fueros y derechos que a los demás dominicanos; reunirá toda la guardia nacional de dajabon, leerá en su presencia y en la de todo el pueblo la manifestación de los pueblos de la parte española de santo domingo.
Respetara Ud. Las propiedades de todos; procurara que reine el orden y la armonía entre todos los españoles bajo su mando, atendiendo principalmente que no se interrumpa el ejercicio del culto Divino, mantendrá relaciones de amistad mientras se pueda con los vecinos haitianos de la parte opuesta del rio masacre; procurara que a nuestra gente no se le haga ofensa y finalmente impedirá el pillaje de una y otra parte, y observara las operaciones de los haitianos para que en caso de que Ud. prevea disposiciones hostiles de parte a ellos se repliegue Ud. Sobre nuestros cantones de guayubin y Yaque. En cuanto a las reacciones de la guarnición Ud. Las proveerá con las reses y los víveres que se encuentren en esa común y que los habitantes faciliten voluntariamente, para lo cual los estimulara Ud. Por la dulzura; en caso contrario Ud. Proveerá de otro modo, sirviéndose de la fuerza si necesario fuere. Deme Ud. Cuenta de lo que ocurra, comunique con los jefes de los cantones vecinos para solicitar auxilio y en mi ausencia, escriba Ud. Al general Imbert a quien dejo mis instrucciones. El teniente coronel Juan Luis Bidó va en compañía de Ud. Comisionado por mí para ayudarle a instalar las autoridades en esa población, etc.…
Los acontecimientos tomaron un giro diferente después de la victoria de azua. Duarte se presento en el cibao y mella, entusiasmado e impulsivo, lo proclamo presidente de la republica. Esa acción rompió el equilibrio de las fuerzas que dirigían la joven republica y termino imponiéndose el sector social más atrasado, encabezado por Pedro santana y Tomas Bobadilla. Los auténticos héroes nacionales son declarados traidores a la patria y expulsados de por vida del territorio nacional. Cuatro anos después regresan Sánchez y mella. Se integran de inmediato a la vida política nacional. Mella se incorpora al ejército y desempeña un destacado papel en la resistencia contra los nuevos intentos de dominación del gobierno haitiano. Juega un rol importante en la batalla de las carreras y termina siendo secretario de Pedro Santana. Luego de la renuncia del presidente Jiménez, electo Báez presidente de la republica, en septiembre de 1849, es nombrado secretario de estado de hacienda y comercio.
Separados y enemigos santana y Báez, mella seguirá al lado del primero. Siempre lo prefirió al segundo, hasta que la causa de la anexión a España los enemisto para siempre. Entre 1849 y 1861, enero, cuando rechaza frente a santana el proyecto de anexión, ocupara mella importantes cargos civiles y militares. Comandante de armas, ministro de guerra, Gobernador, Ministro plenipotenciario y Enviado extraordinario en misión especial frente al gobierno español, para gestionar el reconocimiento de la republica o del protocolado en términos sui-generis. En julio de 1856 se le encomendó preparar un proyecto de ley para organizar el ejército. Ya se le tenía y respetaba como un entendido en asuntos militares. Y lo demuestra cuando inicia la guerra restauradora. Incorporado al movimiento, en agosto de 1863, se le confiaron importantes misiones. Viajo al sur atravesando la cordillera central por Constanza, con el encargo de organizar la guerra restauradora que dirige Pedro Florentino.
Es designado ministro de la guerra y elabora el Manual de Guerra de Guerrillas que dirige por medio de una circular en fecha 26 de enero de 1864 y recoge toda la experiencia del pueblo dominicano en esta forma singular de lucha.
“Señor: En una circular anterior del mes de octubre próximo pasado, esta superioridad hizo a Ud. Algunas observaciones sobre el género de guerra que en su concepto produciría, en la presente lucha en la que estamos comprometidos con las tropas españolas, los mejores resultados. La experiencia de los acontecimientos, desde entonces acá, en nuestros ejércitos de operaciones, ha probado la exactitud con que se hicieron y lo indispensable que es tener presente aquellas indicaciones, por cuyas razones se reiteran a Ud. De la manera siguiente:
1. En la lucha actual y en las operaciones militares emprendidas, se necesita usar la mayor Prudencia, observando siempre con la mayor precaución y astucia para no dejarse sorprender, igualando siempre así la superioridad del enemigo en número, disciplina y recursos.
2. Nuestras operaciones deberán limitarse a no arriesgar jamás un encuentro general, ni exponer a la fortuna caprichosa de un combate la suerte de la republica; tirar pronto, mucho y bien, hostilizar al enemigo día y noche; interceptarles sus bagajes, sus comunicaciones, y cortarles el agua cada vez que se pueda, son puntos cardinales, que deben tenerse presentes como el credo. (negritas egf).
3. Agobiarlo con guerrillas ambulantes, racionadas por dos, tres o más días que tengan unidad de acción a su frente, por su flanco y retaguardia, no dejándoles descansar si de día ni de noche para que no sean dueños más que del terreno que pisan, no dejándoles jamás sorprender ni envolver por mangas y sorprendiéndolos siempre que pueda, son reglas de las que jamás deberá Ud. Apartarse.
4. Nuestra tropa deberá siempre que pueda, pelear abrigada por los montes y por el terreno y hacer uso del arma blanca (negritas egf). Toda vez que vea la seguridad de abrirle al enemigo un boquete para meterse dentro y acabar con él; no debemos por ningún concepto presentarle un frente por pequeño que sea, en razón de que siendo las tropas españolas disciplinadas y generalmente superiores en número, cada vez que se trate de que la victoria dependa de evoluciones militares, nos llevarían ventaja y seriamos derrotados.
5. No debemos nunca, nunca, dejarnos sorprender y sorprenderlo siempre que se pueda y aunque sea a un solo hombre.
6. No dejarlo dormir ni de día ni de noche, para que las enfermedades hagan de ellos más estragos que nuestras armas; este servicio lo deben hacer solo pequeños grupos de los nuestros, y que el resto descanse y duerma.
7. Si el enemigo repliega, averígüese bien si es una retirada falsa, que es una estratagema muy común en la guerra; si no lo es sígansele en la retirada y destaquen guerrillas ambulantes que le hostilicen por todos lados; si avanzan hágaseles caer en emboscadas (negritas egf) y acribíllese a todo trance con guerrillas, como se ha dicho arriba, en una palabra hágasele a todo trance y en toda la extensión de la palabra, la guerra de manigua, y de un enemigo invisible.
8. Cumplidas estas guerras con escrupulosidad, mientras se separe el enemigo de su base de operaciones, peor será para él; si intenta internarse en el país, más perdido estará.
9. Organice Ud. Donde quiera que esté situado, un servicio lo más eficaz y activo posible de espionaje, para saber a todas horas del día y de la noche el estado, la situación, la fuerza, los movimientos e intenciones del enemigo. (negritas egf).
En esos ordinales termino el genio militar de Mella el Arte de la Guerra Irregular. Cuando lo redacto era vicepresidente de la republica y ministro de la guerra del gobierno restaurador.
El general mella, mientras rendía sus útiles servicios a la causa, fue atacado de disentería y exhalo el último aliento en extrema pobreza el 4 de junio de 1864. Vivía entonces en una mala casita, de las improvisadas después del incendio, sita al pie del fuerte S. Luis, en la propiedad que luego fue de la familia herrera.
Murió con la singular distinción de ser dos veces prócer de la republica. Hermoso homenaje al valor y a la firmeza del pueblo del cual fue digno y valiente representante.
FUENTE.
HÉROES Y PRÓCERES DOMINICANOS Y AMERICANOS.
AUTOR: Euclides Gutiérrez Félix.
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