Una de las más grandes figuras de la historia política y militar de América y del mundo, tuvo como escenario de sus actuaciones el reducido espacio geográfico de la isla de Santo Domingo, que apenas alcanza 77 kilómetros cuadrados.
Ese personaje, estadista y organizador, fue Toussaint Louverture, la personalidad más destacada que surgió en la colonia francesa de Santo Domingo, como consecuencia directa del inicio de la Revolución comenzada a partir de 1789. La profundidad de las contradicciones sociales, económicas y políticas que se daban en el seno de esa colonia, la mas rica del mundo en ese momento, hicieron posible que Toussaint y otros esclavos o mulatos dominicanos al inicio de los acontecimientos, pasaran en breve tiempo a ser las figuras determinantes del proceso revolucionario que culmino en enero de 1804, con la proclamación del estado independiente de Haití, el segundo de América después de Estados Unidos.
Pierre François Dominique, conocido en la historia como Toussaint Louverture nació, según algunos, en 1743 cerca de Cabo Haitiano en la plantación de Breda. Otros ubican su origen en Guinea y traslado en su niñez a la Colonia francesa de Santo Domingo. Lo cierto es que a los cuarenta años de edad, se distinguía entre los esclavos no solo en breda sino en toda la región. Hábil jinete, era también un excelente nadador, fuerte musculoso y activo. No obstante su condición de esclavo, su figura era popular y le conocían como “El Centauro de la Sabana”. Bajo la protección de amos de sentimientos humanitarios, fue enseñado a leer y a escribir, rudimentariamente, por un viejo esclavo llamado Pierre Baptiste, supuestamente emparentado con el. Era un ávido lector de libros de historia y sentía admiración por los grandes jefes militares de épocas anteriores. Cuarenta y seis años tenía en 1789. Entonces era el cochero de administrador de la plantación de Breda y su hombre de confianza. Silencioso, eficiente, autoritario, tenía mucho ascendiente entre sus hermanos de raza.
Dos años después de iniciado el proceso revolucionario en la metrópoli, las condiciones estaban maduras para que estallaran en el seno de la gran masa esclava, las reacciones de violencia. El 16 de agosto de 1791 comenzó en la colonia francesa de Santo Domingo la matanza de los amos blancos. Una semana después la insurrección se había extendido por todas las plantaciones del norte y llegaba a la ciudad de cabo francés, la más importante de la isla. Treinta días más tarde habían perecido más de 1,000 blancos, entre hombres y mujeres, 200 ingenios y trapiches habían sido destruidos e incendiados y cerca de 1,200 plantaciones de café, habían sido arrasadas. La respuesta de los colonos fue implacable y más de 10,000 esclavos fueros colgados y asesinados, salvajemente, en la misma forma en que ellos habían exterminado los blancos.
Toussaint se sumo a la rebelión, pero antes preservo la vida de sus amos protegiéndolos y embarcándolos para el exterior. Este gesto de gratitud lo señala como un hombre excepcional diferente en calidad humana y en conducta a sus hermanos de raza. Se incorporo entonces, en función de medico, a la banda de Biassou, debido a los conocimientos prácticos de veterinario que había adquirido en el desempeño de su trabajo como cochero. Meses después era el lugar teniente de Biassou y junto a el marcho, en 1793, a ponerse al servicio de las autoridades españolas en la parte oriental en el inicio de la guerra contra Francia. Al servicio de España, Toussaint demostró sus condiciones militares y de organizador. Su don de mando, disciplina, seriedad y valor le ganaron el respeto de los españoles. Pronto la preferencia por el no era disimulada lo que motivo resentimientos y envidias entre otros jefes negros, antiguos esclavos, que servían bajo las banderas españolas.
Por sus brillantes acciones contra los ejércitos franceses de la colonia de occidente, le fueron concedidas varias condecoraciones y fue ascendido al rango de general de brigada. Pero Toussaint, con atinado criterio político, comprendió que los ingleses que apoyaban a España en su lucha contra Francia, lo hacían porque defendían el mantenimiento de la esclavitud, amenazada por el rápido desarrollo de los acontecimientos tanto en Europa como en América, particularmente en la isla de Santo Domingo y otras colonias inglesas de la región, en las cuales miles de esclavos generaban riquezas para la burguesía inglesa. Comprendió Toussaint que los españoles no le reconocerían jamás, como títulos definitivos, los honores y los rangos que le habían otorgado, y entendió que era mas conveniente servirle a Francia, de cuyo gobierno revolucionario emanaban leyes y disposiciones humanas, que impusieron la igualdad entre los hombres.
En agosto de 1793 proclamo en Puerto Príncipe, el comisario Sonthonax la abolición de la esclavitud, estableciendo la libertad de los esclavos que empuñaran las armas para defender la república francesa, en la parte occidental de la isla de santo Domingo. El 4 de febrero de 1794, seis meses después, la Asamblea Nacional francesa anuncio la libertad de los esclavos, en todas sus colonias, aboliendo esa institución, que solamente en América había afectado a 40 millones de seres humanos. En mayo, Toussaint paso al servicio de la república, con su ejército de negros libres para combatir contra los enemigos de Francia: ingleses, españoles, realistas y los blancos reaccionarios franceses entre los cuales eran determinantes en la isla, los grandes colonos que se habían aliado a los enemigos de la revolución. A partir de entonces, la carrera militar y política de Toussaint siguió un camino ascendente, jalonado de triunfos, que en menos de tres años se convirtieron en la segunda figura militar de la colonia. Sin el concurso de las tropas de Toussaint, los españoles se vieron obligados a suspender la lucha contra Francia en la isla de Santo Domingo. El 22 de julio de 1795 firmaron el tratado de Basilea y la parte oriental de la isla paso ser propiedad de Francia.
En mayo de 1797, el antiguo esclavo, “el cochero de Breda”, como le llamaban sus enemigos, Toussaint Louverture, recibía el nombramiento de jefe militar de la colonia francesa de Santo Domingo. Bajo su mando quedaron blancos, mulatos, negros libres, y ex esclavos. Su ejercito estaba integrado por 51,000 hombres entre los cuales había 3,000 europeos. Comenzó su campaña contra las tropas inglesas que ocupaban parte del territorio en las regiones costeras. Desalojada la colonia de enemigos, Toussaint se convirtió en Gobernador y Capitán General. En un periodo de tiempo menor de diez años, había pasado a ser jefe político y militar de la colonia. Comenzó entonces el proceso de organizar aquel caos gigantesco, donde toda la capacidad productiva se había aniquilado.
Rodeado de hábiles consejeros, entre los que tenia dos franceses y un italiano, con quienes despachaba sus asuntos, elaboro los planes para la unificación de la isla bajo su autoridad, ejecutando el Tratado de Basilea. Sin esperar instrucciones de la Metrópoli, ocupo la parte oriental y preparo una asamblea constituyente que redacto una constitución que recogió los principios revolucionarios y republicanos de la época, y lo proclamo dictador vitalicio, con el derecho a nombrar su sucesor.
Promulgada la constitución, propicio entre julio y agosto de 1801, una serie de leyes relativas al ejercito, las finanzas, el orden judicial, la iglesia, etc., que per seguían el ordenamiento institucional de la colonia en transito hacia la independencia. Este proceder de Toussaint inquieto a Bonaparte que precipito sus planes frente a las colonias del Caribe. Napoleón, jefe político y militar de Francia, decidió detener los planes del negro visionario y pragmático, que habría ascendido por meritos propios igual que napoleón, a la cima del poder y la gloria. Toussaint, militar, político, líder y dirigente, no pudo percatarse del desafío que hacia al poder avasallador de la metrópoli y de la revolución. Sus proyectos de un gobierno conciliador que sustentara su autoridad en la explotación de la gran propiedad, en manos de los antiguos esclavos convertidos en jefes militares y una minoría de los antiguos propietarios blancos y mulatos, llego a su fin cuando fue traicionado, detenido y engañado, por ordenes de Leclerc, en su plantación de Ennery, situada en Gonaïves.
El 15 de junio de 1802, en calidad de preso, fue embarcado para Francia. Recluido en las montañas de los Alpes, cerca de la frontera suiza, en el castillo de joux, fría e inhóspita fortaleza, murió el 7 de Abril de 1803.
En apenas catorce años de vida publica, había sentado las bases del nacimiento del estado haitiano, inculcándoles a sus hermanos de raza el amor a la libertad.
Autor: Euclides Guiterrez Feliz.
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