domingo, 31 de mayo de 2009

CON TUS PROPIAS ARMAS

Maquiavelo desaconseja en el capitulo XIII de el príncipe, la utilización de fuerzas a la que recurre cuando se llama a un príncipe poderoso para que acuda con sus tropas a ayudaros y a defenderos. Estas tropas pueden ser buenas y útiles para sí mismas, pero suelen ser casi siempre perjudiciales para quien las llama, porque, si pierdes, quedas derrotado y, si vences, te haces prisionero suyo. Propone en seguida la formula de la milicia propia: Un príncipe sabio ha rehuido siempre de las fuerzas auxiliares y recurrido a las propias; ha preferido perder con las suyas que a vences con las ajenas, juzgando que no es buena victoria la conseguida con las fuerzas de otro. Y añade a continuación lo que justifica que pueda hablarse justificadamente, sin forzar la realidad en absoluto, de la formula Maquiavelo-Borgia: No titubeare nunca en citar a Borgia y sus acciones. Cuenta Maquiavelo las tres etapas de la historia guerrera de Borgia en lo que se refiere a las tropas con las que realizo sus conquistas. Imola y Forli las tomo con las fuerzas auxiliares de Luis XII, el rey francés. Posteriormente prescindió de este auxilio y contrato las fuerzas mercenarias de los Ursinos y Vitellis. Pero, en una tercera etapa, rescindió estos contratos, se libero de los soldados mercenarios y logro formar su ejército propio con la aportación de al menos un hombre por cada familia de las ciudades de la Romaña. Esta forma de actuar es la que considera Maquiavelo como característica de un sabio. Insistió sobre la misma idea en los discursos sobre la primera década de tito Livio, que término y público en 1519: Y un príncipe o una república ambiciosa no puede encontrar mejor ocasión que ocupar una ciudad o un país que ser llamado a enviar sus ejércitos a la defensa de estos.

Así, el que es tan ambicioso que no solamente para defenderse, sino para atacar a otro pide semejantes ayudas, trata de conseguir lo que no puede conservar y que le puede ser arrebatado fácilmente por el mismo que se lo proporciona. (Cap. III). Al tener que solicitar la intervención de otro, un líder renuncia a las tres condiciones del liderazgo: a la relación, que deja en manos de otro, a actuar, porque pide que sea otro el que actúe, a movilizar, porque reconoce su falta de capacidad. Es por eso que Maquiavelo dice respecto al liderazgo de Borgia: se puede ver fácilmente la diferencia que se dio en la reputación del duque entre el tiempo en que contaba con el auxilio de las fuerzas francesas, el tiempo en que utilizo a los Ursinos y Vitellis y la época en que se quedo con sus propios soldados y se apoyo en sí mismo. Nunca fue tan estimado como cuando todos vieron que él era enteramente poseedor de sus propias fuerzas.

Considero una norma esencial para los asesores de imagen y comunicación de líderes empresariales o políticos lo siguiente: la decisión corresponde siempre al líder. Esto parece muy claro cuando se trata de un candidato durante una campaña electoral. El líder no debe nunca ser suplantado por nadie. Ni por un asesor y mucho menos por un dirigente del partido. Es muy conveniente que sea el líder que tome las propias decisiones o, al menos, que aparezca, como el que las ha tomado. También esto es necesario que se cumpla en el terreno empresarial.
Como he expuesto anteriormente. Maquiavelo supone las tres situaciones que pueden darse en cuanto a un posible liderazgo: que el interesado tenga capacidad por sí mismo, que sea capaz de comprender la capacidad de otros o que este despojado de todas las luces. En el tercer caso, el liderazgo es imposible, pero puede alcanzarse en el segundo supuesto con una condición, que los auténticamente capaces pasen a ser colaboradores capaces del líder. Considero esto muy maquiavélico pero muy conveniente y correcto.

jose luis sanchis

http://www.e-deusto.com/libro/maquiavelo-y-borgia.html

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