Patriota, militar y revolucionario nacido en la ciudad de santo domingo el 11 de junio de 1932, hijo del mayor del Ejercito Fausto Caamaño Medina y Enerolisa Deño Chapman. Su padre era uno de los lugartenientes ejecutivos de Rafael Trujillo Molina, en cuyo régimen alcanzo las mayores posiciones jerárquicas, culminando su carrera como Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas. Francisco Alberto ingreso a la Marina de Guerra a los diecisiete años de edad y luego, graduado de oficial civil, fue invitado a Estados Unidos donde realizo entrenamientos como infante de marina en escuelas de coronado, California y Quantico, en el estado de Virginia. Ostentaba el rango de teniente de Navío de Marina de Guerra que equivale a Capitán del Ejército.
Presto servicios como instructor durante largo tiempo distinguiéndose como oficial capaz y enérgico sobresaliendo como uno de los mejores tiradores de revolver y pistola del país. Como integrantes de equipos de oficiales de las Fuerzas Armadas obtuvo numerosas medallas y diplomas en concursos nacionales de tiro. En 1962, luego del ajusticiamiento de Rafael Trujillo, paso a prestar servicios en las filas de la policía, institución en la que alcanzo rango de coronel y término siendo comandante de las tropas de choque, conocidas popularmente con el nombre de “cascos blancos”. En desacuerdo con la corrupción que auspiciaba el gobierno de facto del triunvirato, en el seno de las Fuerzas Armadas y la policía, encabezo un levantamiento contra la jefatura de esa institución y fue trasladado junto a otros oficiales a la Fuerza Aérea, siendo asignado al Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), asiento en la cuarta brigada del Ejercito y sostén del grupo militar que había sido utilizado como cabecilla del derrocamiento del Gobierno del Presidente Bosch.
En esos días se encontraba en proceso de formación el Movimiento Militar Constitucionalista que había organizado el Coronel Rafael Fernández Domínguez, de amplia aceptación dentro de las Fuerzas armadas, que propiciaba el retorno de Bosch a la presidencia de la Republica a través del golpe militar. Caamaño fue incorporado al Movimiento por el mismo Fernández Domínguez en enero de 1965. Las tareas que le fueron asignadas las cumplió con decisión despertando en sus compañeros de armas respeto y solidaridad. Desvelado el movimiento conspirativo el 24 de Abril, los acontecimientos tomaron rumbos imprevistos. Apresado un grupo de sus dirigentes más importantes, los complotados decidieron iniciar un levantamiento contra el gobierno del triunvirato. Caamaño se sumo inmediatamente y el domingo 25, en horas de la mañana, tomo el palacio Nacional frente a las avanzadas militares constitucionalistas.
Acompañó al doctor Rafael Molina Ureña, presidente provisional de la republica, a la Embajada de los Estados Unidos donde fueron citados por el Embajador Tappley Bennett, para escuchar la posición del Gobierno de los Estados Unidos, al retorno de Juan Bosch y a los objetivos políticos del movimiento de los constitucionalistas. Caamaño y sus compañeros quedaron desconcertados, al escuchar las palabras de los diplomáticos norteamericanos y la forma improcedente de su comportamiento. Mas tarde, al producirse la deserción de la mayoría de los dirigentes políticos, casi todos del PRD, que buscaron asilo en embajadas de países latinoamericanos, el Coronel Caamaño y un grupo de oficiales se encaminaron hacia la parte baja de la ciudad, conocida con el nombre de “Ciudad Nueva”. Las tropas del CEFA, infantería y tanques, habían cruzado el puente “Duarte” y entraban en la parte norte de la ciudad.
El martes 27 de Abril, acompañado por el coronel Montes Arache, el Mayor Lora Fernández, el Coronel Martes Hernández, su tío capitán Alejandro Deño Suero y otros oficiales de diferentes ramas de las fuerzas armadas y numerosos civiles que se habían incorporado al movimiento Constitucionalista, el Coronel Caamaño se enfrento a las tropas de la Cuarta Brigada, en la cabecera del puente Duarte donde las baterias de artillería que comandaba el teniente Pedro Elías Bisonó, habían sido barridas por la potencia del fuego de las tropas y blindados. Al caer la noche, las fuerzas adversarias la Movimiento Constitucionalista quedaron totalmente aniquiladas y dispersas, consecuencia del apoyo que los militares recibieron de la población civil. Surgió Francisco Alberto como líder del Movimiento que imponía el retorno de Juan Bosch y la vigencia de la constitución de 1963.
La guerra civil había llegado a su fin. A través de la emisora Wapa, de Puerto Rico, transmitiendo desde la casa de Juan Bosch en la vecina isla, anuncio Caamaño el triunfo del Movimiento militar con emocionadas palabras. Eran las diez de la noche y el líder de la insurrección, posición ganada por meritos propios, invocaba el termino de su intervención el lema de “Dios, Patria y Libertad” agregando “Viva la Republica Dominicana”. Esta escena se desarrollaba en la parte trasera de la panadería “Goyita”, ubicada en la calle Arzobispo Nouel, asiento provisional de la jefatura militar constitucionalista, ofrecido con entusiasmo por Minoco Soto, esposo de la propietaria del negocio. En las últimas horas de la noche del día siguiente, miércoles 28 de abril, anuncio el gobierno del presidente Johnson la intervención militar en la Republica Dominicana.
Ese mismo día quedo integrado por u grupo de militares, comando Constitucionalista bajo la jefatura de Caamaño. Enterado al detalle de la situación, el profesor Bosch señalo a Caamaño como presidente de la Republica. El no quería aceptar la designación que Bosch hacia, haciendo uso de su autoridad y apoyado en la fuerza moral y ascendiente que tenia en los militares constitucionalistas en su calidad de presidente constitucional; pero Caamaño fue persuadido por el mismo Bosch y por algunos de sus compañeros y aceptó entonces la responsabilidad histórica que el líder político del Movimiento delego sobre sus hombros. Enfrentados a la presciencia de tropas extranjeras, los combatientes constitucionalitas pasaron a ser soldados de la Patria. El 4 de mayo, frente al Baluarte de “El Conde”, lugar donde reposan los restos de los fundadores de la República, se juramento Francisco Caamaño Deño como presidente de la Republica en Armas. Entraba así, por las puertas de la proceridad.
En rápida evolución patriótica y política, Caamaño se convirtió en un fiel y firme exponente de los sentimientos y el amor a la libertad del pueblo dominicano. Como jefe militar de la Republica en lucha contra las fuerzas extranjeras demostró condiciones excepcionales. Tomo en serio su papel y ordenó ejecutorias importantes, no obstante su edad, 34 años, demostrando prudencia y ecuanimidad. En el terreno político, totalmente desconocido para el, actuó con moderación escuchando a los que tenían mas experiencia y seleccionando, dentro del cuerpo de civiles, que le rodeaban, un reducido grupo de consejeros a los cuales proporciono un trato amable, mas bien fraternal, respetuoso y solidario.
Su conducta le gano el respeto, la admiración y obediencia de quienes compartían con el y sus compañeros militares los riesgos de la guerra.
El 15 de junio, cuando se produjo el ataque de las tropas interventoras que actuaban bajo el ropaje de Fuerzas Interamericanas de Paz (FIP), integradas por soldados estadounidenses, brasileños, nicaragüenses y paraguayos, como jefe político y militar Caamaño se creció a estatura de leyenda. Respondió con mucha dignidad las amenazas del embajador de los Estados Unidos Jhon Bartlow Martin, cuando le comunico la decisión de atacar la zona Constitucionalista. Ordeno al coronel Lora Fernández. Jefe de Estado Mayor, abrir fuego a las tropas extranjeras advirtiendo al embajador norteamericano que los dominicanos estábamos dispuestos a morir combatiendo por la soberanía de la patria , agregando, visiblemente emocionado, pero sabremos morir con dignidad, al igual que murieron en siglo pasado los patriotas restauradores frente a las tropas españolas. La resistencia tenaz, firme, valiente, de los combatientes, frustro los planes de los jefes militares de la FIP, que planificaron su acción creyendo que los dominicanos no resistirían mucho tiempo.
Finalizada la primera etapa de ese episodio, luego de largas negociaciones con representantes de la Organización de Estados Americanos que realmente representaban los intereses de los Estados Unidos, e instalando el Gobierno provisional impuesto a cañonazos y morterazos, Caamaño se hizo cargo de la brigada “Gregorio Luperón” formada por los militares Constitucionalistas. Más tarde, en Santiago, demostró de nuevo sus dotes de combatiente y jefe militar, rechazando la emboscada del Hotel Matum, llevada a cabo el 19 de diciembre. Obligado a salir en enero de 1966 como agregado Militar en Londres, Viajo a Europa donde residió hasta 1967.
Desapareció a mediados de ese año y se traslado a Cuba donde permaneció hasta finales de 1972. Al frente de una pequeña expedición de ocho hombres desembarco en playas dominicanas en febrero de 1973, con la intención de establecer un frente guerrillero. Perseguido por tropas del ejército, cayó herido en combate y fue apresado. La versión Gubernamental dice que murió en combate. La de sus compañeros sobrevivientes afirma que fue ejecutado el 16 de febrero de 1973.
Con su muerte desapareció la figura militar más relevante de la Republica del siglo pasado. Estuvo adornado, como los heroes militares de la independencia y La Restauración, de tres sobresalientes cualidades: Patriotismo, Valor y Honestidad. Junto a ellos, en la gloria y en la inmortalidad, ha pasado a ser uno de los próceres tutelares del pueblo dominicano.
Autor: Euclides Gutierres Feliz
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