lunes, 6 de julio de 2015

ARCA DE NOE INSPECCIONADA EN PUERTO ALEMÁN

La semana nos ocupó el tiempo en todo de Grecia, se nos fue en  hablar en relación al famoso referéndum que a estas hora ya sabemos fue votado con un rotundo NO, casi tan rotundo como el que en Nuevo León la dieron al PRI, ¡ouch!, solo de recordar  duele…

Bueno el siguiente escrito quizá nos lleve a reflexionar la forma en cómo el pueblo alemán acostumbra a llevar las cosas, de la magistral pluma del gran Mark Twain comparto para terminar el domingo con una sonrisa… aunque sea sarcástica.

 EL ARCA DE NOE INSPECCIONADA EN UN PUERTO ALEMÁN.

Nadie podrá negar que son muy notables los progresos en el arte de la construcción naval desde los tiempos en que Noé puso a flote su arca. Las leyes de navegación acaso no existían o no eran en todo su rigor literal. Actualmente las tenemos tan sabiamente combinadas, que a la vista parecen partitura musical.

El pobre patriarca no podría hacer hoy lo que tan fácil le fue hacer entonces, pues la experiencia, maestra de la vida nos ha enseñado que es necesario preocuparse por la seguridad de las personas dispuestas a cruzar los mares.

Si Noé quisiera salir del puerto de Brema, las autoridades le negarían le permiso correspondiente. Los inspectores pondrían  toda clase de reparos a su embarcación. Ya sabemos lo que es ALEMANIA, ¿se imaginan todos los pormenores del diálogo entre el patriarca y las autoridades?

 Llega el inspector con su vistoso uniforme militar, y todos se sienten sobrecogidos de respeto a la vista  de la majestad que brilla en su persona. Es un perfecto caballero, de una figura exquisita, pero tan inmutable como la propia estrella polar (cualquier semejanza con Merkel es coincidencia) siempre que se trata del cumplimiento de sus deberes oficiales.

 Comenzaría por preguntarle a Noé el nombre de la población de su nacimiento, su edad, religión o secta a la que perteneciera, la cantidad de sus rentas o beneficios, su profesión o ejercicio habitual, su posición en la escala social, el número de sus esposas, de sus hijos, de sus criados, el sexo y la edad de hijos y criados.

Si el patriarca no estuviere provisto de pasaporte, se le obligaría a recabar todos los papeles necesarios, hecho esto –antes NO- el inspector visitaría el arca…

--¿Longitud? 

--Doscientos metros.

--¿Altura de las líneas de flotación?

--Veintidós metros de largo.

--¿Longitud de los baos?

--Diez y ocho a veinte.

--¿Material de construcción?

--Madera.

--¿Se puede especificar?

--Cedro y acacia.

--¿Pintura y barniz?

--Alquitrán por dentro y por fuera.

--¿Pasajeros?

--Ocho.

--¿Sexo?

--Cuatro hombres y cuatro mujeres.

--¿Edad?

--La más joven tiene cien años.

--¿Y el jefe de la expedición?

--Seiscientos.

--Por lo que yo veo usted va a Chicago. Hará usted negocio en la expedición. ¿Nombre del médico?

--No llevamos médico.

--Hay que llevar médico y también una empresario de pompas fúnebres. Son requisitos INDISPENSABLES. Personas de cierta edad no pueden aventurarse en un viaje como este sin grandes precauciones. ¿Tripulantes?

--Las ocho personas mencionadas.

--¿Las misma ocho personas?

--Si señor.

--¿Contando las mujeres?

--Sí señor.

--¿Han prestado ya sus servicios en la marina mercante?

--No, señor.

--¿Y los hombres?

--Tampoco.

--¿Quién de ustedes ha navegado?

--Ninguno.

--¿Qué han sido ustedes?

--Agricultores y ganaderos.

--Como el buque no es de vapor, necesita por lo menos una tripulación de 800 hombres. Hay que procurárselos a toda costa. Es necesario tener también cuatro segundos y nueve cocineros. ¿Quién es el capitán?

--Servidor de usted.

--Se necesita un capitán. Y  se necesita por lo menos una camarera, y ocho enfermeras para los ocho ancianos.  ¿Quién ha hecho el proyecto y las especificaciones del buque?

--Yo

--¿Es su primer ensayo?

--Sí señor.

--Ya lo suponía. ¿Qué efecto lleva usted?

--Animales.

--¿De qué especie?

--De todas.

--¿Son animales domésticos?

--Casi todos son animales en estado salvaje.

--¿Exóticos o del país?

--Principalmente exóticos.

--Enumere usted alguno de los animales más notables que se propone llevar en su viaje.

--Megaterios, elefantes, rinocerontes, leones, tigres, lobos, serpientes; en una palabra llevo animales de todos los climas. Un par de cada especie.

--¿Las jaulas están sólidamente construidas?

--No hay jaulas.

--Necesita usted proveerse de jaulas de hierro. ¿Quién es el encargado de dar alimentos y agua a las fieras?

--Nosotros.

--¿Los ocho ancianos?

--Si, señor.

--Es peligroso para las fieras, y sobre todo para los ancianos. Se necesita tener empleados competentes de mucha fuerza y habituados a este trabajo. ¡Número de animales! –grito tan fuerte que el pobre patriarca pegó un brinco-

--Grandes, siete mil. Contados todos, grandes, medianos y pequeños… mmmm, noventa y ocho mil.

--Necesita a usted  mil doscientos empleados. ¿Qué métodos de ventilación ha adoptados usted? Y diga antes, ¿cuántas ventanas y puertas tiene la embarcación?

--Dos ventanas.

--¿Dónde están?

--Junto al alero.

--¿Y un túnel de doscientos metros cuenta sólo con dos respiraderos? ¡Imposible permitir esto! –bufaba ya el almirante- Hay que abrir ventanas y hay que instalar el alumbrado eléctrico. No se puede permitir la salida sin que está embarcación lleve por lo menos una docena de luces de arco y mil quinientas lámparas incandescentes.  ¿Número de bombas?

--No tenemos bombas.

--Debe usted comprar bombas. ¿De dónde se procura usted el agua para las personas y para los anímales?

--Bajamos cubos por las ventanas.

Eso no se puede aceptar. ¿Fuerza motriz. Ponga usted atención. ¿Cómo echa usted a andar el barco?

--Yo no empleo fuerza.  Anda solo.

--Necesita usted  o bien velas o bien vapor. ¿Timón?

--No hay timón.

--¿Cómo gobierna usted  la embarcación?

--No la gobernamos.

--Necesita usted instalar todo lo relativo al timón. ¿Anclas?

--No las tenemos.

--Seis por lo menos. Si no lleva usted por lo  menos seis anclas no se le permitirán zarpar. ¿Lanchas de salvamento?

--No hay.

--Anote usted veinticinco. ¿Salvavidas?

--Tampoco.

--Anote usted dos mil. ¿Cuánto tiempo va a durar la travesía?

--Un año más o menos.

 --Me parece larga, con todo llegara usted a tiempo para la exposición. ¿Qué lámina ha empleado usted  para el casco?

--No hay láminas.

--Pero hombre de Dios, la broma va a taladrar el barco, y antes de un mes no será barco, sino criba. Está usted destinado a habitar los profundos abismos del océano…: Si no  se pone un buen refuerzo metálico no saldrá usted. Y olvidaba hacerle a usted una advertencia. Chicago está en el interior del continente,  y este buque no puede llegar hasta allá.

--¿Chicago? ¿Pero qué es eso de Chicago? Yo no voy a Chicago.

--¿De veras? Pero entonces no comprendo el objeto de llevar tantos animales a bordo.

--Son animales de reproducción.

--¿No son suficientes los que hay ya en el mundo?

--Lo son para el estado actual de la civilización; pero como los otros animales van a ser ahogados por el diluvio, éstos servirán para asegurar la perpetuación de sus especies.

--¿Diluvio dice usted?

--Sí, señor.  Un diluvio.

--¿Tiene usted toda la seguridad?

--Absoluta. Lloverá durante cuarenta días y sus noches.

-- ¿Y eso lo tiene a usted preocupado? Aquí llueve hasta ochenta días con sus noches.

--Pero no se trata de una lluvia de esas. La que va a venir cubrirá las cimas de las más altas montañas y desaparecerá la superficie de la tierra.

--Si es así – y le hago a usted una advertencia oficiosa-, no queda a su elección el vapor o la vela: tiene usted que proveerse de máquinas de vapor, pues no podrá llevar usted agua por once o doce meses. Además necesita usted una potente destiladora.

--Ya le digo que echare cubos de agua por las ventanas.

--¡Vaya simpleza! He dicho que necesitará usted una destiladora, veo que  este es el primer paso que da usted en el arte de la construcción naval.

--Es verdad, no había hecho estudios especiales y he procedido sin conocimientos de las nociones respectivas.

--Considerando las cosas desde ese punto de vista especial, me parece muy notable la obra de usted. Juraría que jamás se ha botado al agua una embarcación de carácter tan extraordinario.

--Agradezco mucho los elogios con que usted se sirve favorecerme. El recuerdo de su visita será imperecedero. Mil gracias, mil gracias. Adiós, señor.

--¡Inútil es que digas adiós, viejo y venerable patriarca! Bajo el exterior afectuoso y cortés de este  inspector alemán, se oculta una voluntad de hierro. Yo te juro, viejo y venerable patriarca, que el inspector no autorizará tu partida.

Gracias por leer queridos Divagantes, espero que con este pequeño relato, podamos entender  un poco lo que sucede en Europa y no solo en Grecia bajo la mano dura  de Alemania.

Tengan buena noche.

FUENTE:





No hay comentarios.: